Crítica de Ator el Poderoso, una joya del cine de espada y brujería

Si te gustan las películas de aventuras, fantasía y acción, no puedes perderte Ator el Poderoso, una obra maestra del cine italiano de serie B dirigida por Joe D’Amato en 1982. Se trata de la primera entrega de una saga protagonizada por Ator, el hijo de Thor, que tiene como misión acabar con la tiranía del malvado Arcano y sus secuaces.

Un argumento simple pero efectivo

Ator el Poderoso es una película que no deja indiferente a nadie. Su argumento es simple pero efectivo: un héroe valiente y noble que debe enfrentarse a todo tipo de peligros y enemigos para cumplir su destino.

Desde su nacimiento, marcado por una profecía y una tormenta, hasta su enfrentamiento final con el villano, pasando por su entrenamiento con un sabio mentor, su romance con una princesa guerrera y su alianza con un oso parlante, Ator vive una serie de aventuras que lo llevan por diferentes escenarios y situaciones.

¿Alguien ha dicho cliché? Sin duda así es, pero funciona.

La película cuenta con escenas de acción de las que hacen reír, diálogos absurdos, situaciones ridículas y giros inesperados aún más ridículos. No hay que tomársela en serio, sino disfrutarla como un divertimento sin complejos que homenajea al género de espada y brujería popularizado por Conan el Bárbaro.

Una estética «deslumbrante«

Uno de los puntos fuertes de Ator el Poderoso es su estética. La película aprovecha los paisajes naturales de Italia para recrear un mundo fantástico lleno de magia y misterio.

Los vestuarios son coloridos y variados, desde las pieles y las armaduras de los guerreros hasta los trajes y las joyas de los cortesanos. No son realistas, pero dentro de todo hasta destacan para bien.

Los efectos especiales son caseros pero encantadores, tiene desde explosiones y los rayos hasta las arañas gigantes y los dragones voladores.

La banda sonora trata de ser épica y acompaña bien las escenas de acción y emoción.

La película tiene un estilo propio que la diferencia de otras producciones similares. No se limita a copiar los clichés del género (cosa que hace), sino que al jugar con ellos los reinventa con originalidad y humor.

Un reparto inolvidable

Otro de los puntos fuertes de Ator el Poderoso es su reparto. Estoy convencido de que con otro actor no habría funcionado así. El protagonista es Miles O’Keeffe como Ator, un actor con un físico impresionante y una expresividad muy limitada.

Su actuación es tan mala que resulta buena, ya que le da al personaje un aire ingenuo e inocente que lo hace más simpático.

Su compañera es Sabrina Siani como Roon, la princesa guerrera que se enamora de él.

Los personajes secundarios también tienen su encanto. Ritza Brown como Sunya, la hermana adoptiva de Ator que guarda un secreto incestuoso; Edmund Purdom como Griba, el mentor de Ator que le enseña el arte de la espada; Laura Gemser como Indun, la sacerdotisa malvada que sirve al Arcano; Dakar como Thong, el oso parlante que ayuda a Ator; y muchos otros personajes que aportan humor y personalidad a la trama a pesar de ser intérpretes de medio pelo.

La película tiene un reparto variado y divertido que hace que cada escena sea diferente y entretenida.

Para muestra os dejo un vídeo con uno de los diálogos más absurdos de la historia.

Muchos defectos pero también muchas virtudes

No podemos negar que Ator el Poderoso tiene muchos defectos: su guion es pobre, su dirección es torpe, su montaje es caótico, su doblaje es nefasto y su calidad técnica es baja.

Pero precisamente por eso, se ha convertido en un clásico de culto que ha trascendido el paso del tiempo y que sigue siendo disfrutada por muchos fans del cine fantástico. Es una película que hay que ver con los ojos de un niño, con la mente abierta y con ganas de pasarlo bien.

Es una película que no pretende ser más de lo que es: una joya del cine de espada y brujería que merece ser vista y valorada.