Crítica de “Al final de la escalera”

Si te gustan las películas de terror psicológico, no puedes perderte “Al final de la escalera”, un clásico del género dirigido por Peter Medak en 1980.

No estamos ante una película cualquiera, estamos antes una de LAS películas que redefinieron el género y sin las cuales no se podría entender el cine de terror de hoy en día.

Nunca me cansaré de decirlo: esta película puede parecer un tópico vista desde hoy en día, pero si existen muchos de esos tópicos es gracias a esta película. Ella los inventó.

Dirección, reparto y producción

Peter Medak fue un cineasta húngaro que huyó de su país natal tras la revolución de 1956 y que se dedicó a hacer películas y series de televisión en Estados Unidos y Reino Unido. Su filmografía es bastante irregular, pero tiene algunos títulos destacables como “The Ruling Class”, una sátira sobre la aristocracia británica, o “The Krays”, un biopic sobre los famosos gánsteres londinenses.

Sin embargo, su obra más conocida y aclamada es “Al final de la escalera”, que se considera un clásico del cine de terror y que ha influido en muchas otras películas posteriores del género.

El protagonista de la película es George C. Scott, un actor estadounidense que fue el primero en rechazar el Oscar al mejor actor por su interpretación del general Patton en 1970.

Scott era un actor de carácter, con una presencia imponente y una voz grave, que solía interpretar a personajes autoritarios, complejos y atormentados. Como ejemplo de ese carácter se dice que se negó a rodar una escena en la que tenía que llorar por la muerte de su familia, porque le parecía demasiado sentimental y poco creíble.

En “Al final de la escalera” hace el papel de John Russell, un compositor que se muda a una mansión victoriana tras la muerte de su esposa e hija en un accidente. Allí empieza a experimentar fenómenos paranormales que lo llevan a descubrir el oscuro pasado de la casa y el espíritu de un niño asesinado que busca justicia.

La película cuenta con otros actores secundarios como Trish Van Devere, que era la esposa real de Scott y que hace el papel de una agente inmobiliaria que le alquila la casa; Melvyn Douglas, un veterano actor que interpreta a un senador que oculta un terrible secreto; o Jean Marsh, una actriz inglesa que hace el papel de una médium que ayuda a Russell a contactar con el fantasma.

La película está basada en una historia real que le ocurrió al arreglista musical Russell Hunter, que vivió en una casa encantada en Denver a finales de los años 60. Allí encontró unos diarios de un niño discapacitado que había sido asesinado por su padre para cobrar una herencia millonaria y sustituido por un huérfano.

El niño fantasma, al parecer, le pidió ayuda para encontrar su cadáver y hacer justicia. La historia fue adaptada por los guionistas William Gray y Diana Maddox, que le dieron un giro más dramático y sorprendente.

La película se rodó en Canadá, principalmente en Vancouver y Victoria.

La mansión donde transcurre la mayor parte de la acción es en realidad dos edificios diferentes: el exterior es el Castillo Hatley, un palacio construido en 1908 por un magnate del carbón y que actualmente es una universidad; el interior es el Craigdarroch Castle, una mansión victoriana construida en 1890 por un empresario escocés y que actualmente es un museo.

Ambos edificios tienen fama de estar encantados y han sido escenario de otras películas y series. Se dice que algunos miembros del equipo de rodaje de esta película experimentaron fenómenos extraños en la casa, como ruidos, voces o apariciones.

Recepción y críticas

La película se estrenó en 1980 y fue un éxito de crítica y público. Recibió elogios por su atmósfera inquietante y opresiva, su guion inteligente y bien construido, su banda sonora compuesta por el propio personaje, y su excelente trabajo de George C. Scott. La película fue nominada a varios premios, entre ellos el Saturn Award a la mejor película de terror, el Genie Award al mejor guion adaptado o el Edgar Award al mejor guion cinematográfico.

La película también ha sido objeto de análisis y homenajes por parte de otros cineastas y aficionados al género. Se han destacado sus influencias en películas como “Los otros”, “El sexto sentido” o “The Ring”, así como sus referencias a otras obras clásicas del terror como “Psicosis”, “El resplandor” o “El exorcista”. Algunas escenas se han convertido en icónicas, como la de la pelota bajando por las escaleras, la del magnetófono o la del pozo (sí, la idea del pozo es más antigua que “The ring”).

Sobre el terror más allá del susto

 “Al final de la escalera” es una película que huye de los clichés del cine de terror y se centra en crear una atmósfera inquietante y opresiva que atrapa al espectador desde el principio.

La película no recurre a los sustos fáciles ni a los efectos especiales, sino que se basa en el excelente trabajo de George C. Scott, que interpreta a un hombre atormentado por el dolor y la culpa, y en la magnífica banda sonora compuesta por el propio personaje, que refleja su estado emocional y el misterio que lo rodea.

La película también destaca por su guion inteligente y bien construido, que va desvelando poco a poco las pistas sobre el origen de los fenómenos sobrenaturales y que plantea temas profundos como la pérdida, el duelo, la venganza y la redención.

No todo es perfecto, algunos personajes secundarios están poco desarrollados y tienen poca relevancia y algunas escenas pueden resultar demasiado lentas o confusas para el público actual, acostumbrado a un ritmo más dinámico y a una narrativa más clara.

Por último, la película puede resultar demasiado predecible o poco original para los aficionados al género, que ya han visto muchas historias similares. Lo que espero que se tenga en cuenta es que esta película es una de las pioneras. No es que sea repetitiva, es que la han copiado muchas veces.

Conclusión

En definitiva, “Al final de la escalera” es una película que merece la pena ver, tanto por su calidad cinematográfica como por su capacidad para generar tensión y emoción. Es una película que no te dejará indiferente, y que te hará reflexionar sobre el poder del amor, el perdón y la justicia. Si te gustan las películas de terror con un toque de drama y misterio, no dudes en darle una oportunidad a “Al final de la escalera”. Te aseguro que no te arrepentirás. Eso sí, no esperes ver nada nuevo ni original, porque esta película ya lo hizo todo hace 40 años. Y mejor.