Hay películas que se hacen con la intención de ser malas, pero que resultan ser tan malas que son buenas. Esto es una afirmación, no una advertencia.
“Attack of the Killer Donuts” es una comedia de serie B que te hará reír a carcajadas si se ve en el ambiente adecuado.
Esta película, dirigida por Scott Wheeler, narra la historia de un grupo de jóvenes que se enfrentan a una invasión de donuts mutantes y asesinos, creados por un accidente en un laboratorio científico.
El director y el guion
La película está dirigida por Scott Wheeler, un cineasta especializado en películas de serie B con efectos especiales cutres y argumentos absurdos.
Entre sus obras se encuentran joyas como “Avalanche Sharks”, “Planet of the Sharks” o “Martian Land”. Wheeler también es el responsable de los efectos visuales de la película, que son tan lamentables que parecen hechos con Paint.

El guion está escrito por Nathan Dalton, Chris De Christopher y Rafael Diaz Wagner, tres desconocidos que no tienen mucha idea de cómo escribir una historia coherente. Mucha mano para tan paupérrimo resultado. Por ejemplo, no se explica bien cómo los donuts se convierten en mutantes, ni por qué solo afecta a los donuts y no a otros alimentos.
El guion está plagado de clichés, incoherencias, diálogos ridículos y situaciones forzadas.
La trama es tan simple que se puede resumir en una frase: unos donuts se convierten en monstruos asesinos por culpa de un experimento científico y atacan a los habitantes de un pueblo.
El reparto y las interpretaciones
El reparto está formado por actores amateurs. Los protagonistas son Johnny (Justin Ray), un joven que trabaja en una tienda de donuts y que está enamorado de su amiga Michelle (Kayla Compton), y Howard (Ben Heyman), el mejor amigo de Johnny y un genio de la informática.
Los tres tendrán que unir fuerzas para detener a los donuts asesinos y salvar a la ciudad.
Los tres actores principales son tan malos que dan vergüenza ajena y verlos actuar se convierte en una carcajada continua.

Justin Ray tiene el carisma de una piedra, Kayla Compton tiene la expresividad de un pez muerto y Ben Heyman tiene el talento de una patata. Sus personajes son planos, aburridos y estúpidos, y no tienen ninguna química entre ellos.
Los personajes secundarios son aún peores, si cabe. Tenemos a Veronica (Lauren Compton), la novia infiel de Johnny, que es una rubia tonta y superficial; a Bobby (Aaron Groben), el amante de Veronica, que es un matón sin cerebro; a Cliff (Chris De Christopher), el dueño de la tienda de donuts, que es un viejo gruñón y cascarrabias; a Luther (Michael Swan), el tío científico de Johnny, que es un loco irresponsable; a Flanagan (Fredrick Burns), el dueño del restaurante rival, que es un snob arrogante; y a los policías Rodgers (C. Thomas Howell) y Hammerstein (Alison England), que son unos incompetentes corruptos.
Todos estos actores secundarios hacen unas interpretaciones exageradas y caricaturescas.
El único actor medianamente conocido es C. Thomas Howell, que fue una estrella juvenil en los años 80 con películas como “E.T.”, “The Outsiders” o “Red Dawn”. Su presencia en esta película es un claro ejemplo de cómo es eso de caer en el olvido.
Los efectos especiales y los donuts
Los efectos especiales son el punto fuerte de la película, pero no porque sean buenos, sino porque son tan malos que resultan hilarantes.
Los donuts asesinos son unos objetos digitales que se mueven por el aire como si fueran platillos voladores. Tienen ojos, dientes y hasta expresiones faciales, lo que les da un aspecto ridículo y grotesco. Los donuts pueden escupir ácido, morder a las personas e incluso reproducirse entre ellos.

La sangre es digital y parece kétchup, las explosiones son falsas y los escenarios son pobres. La película no tiene ningún sentido del espacio ni del tiempo, y las escenas de acción pueden resultar un poco confusas.
Los donuts son los verdaderos protagonistas de la película, y son los únicos que tienen gracia de verdad. Sus ataques son tan absurdos y exagerados que provocan alguna que otra carcajada involuntaria.
Sin embargo, la película no aprovecha el potencial cómico de los donuts, y se limita a repetir las mismas situaciones una y otra vez.
Los donuts atacan a las personas en diferentes lugares, como la tienda, la casa, el coche, el hospital o la comisaría, pero siempre de la misma forma: volando por el aire y mordiendo.

La recepción de la crítica y el público
La película ha sido un fracaso tanto de crítica como de público.
No ayuda el que haya tenido una distribución limitada y no haya recaudado casi nada en taquilla. La poca distribución que ha tenido ha sido con una edición recortada. La versión de “Attack of the Killer Donuts” que se emite en el canal Showtime tiene una duración de 85 minutos, no de 98 minutos como se indica.
La película se estrenó en Japón en julio de 2016, y luego se lanzó directamente al mercado doméstico en Estados Unidos en noviembre de 2017. La película se ha convertido en un objeto de culto para algunos fans del cine de serie B, que la ven como una obra maestra del cine Z.
- Título original: Attack of the Killer Donuts
- Director: Scott Wheeler
- Guion: Nathan Dalton, Chris De Christopher y Rafael Diaz Wagner
- Reparto: Justin Ray, Kayla Compton, Michael Swan, C. Thomas Howell, entre otros
- País: Estados Unidos
- Año: 2016
- Duración: 98 minutos