Silent Hill es una adaptación cinematográfica del famoso videojuego homónimo, dirigida por el francés Christophe Gans, que ya había demostrado su gusto por el terror y la fantasía en películas como El pacto de los lobos o La bella y la bestia.
Sin embargo, en esta ocasión, el resultado es más bien decepcionante, por no decir infernal.
Y eso que ganas no faltaban. El director Christophe Gans tardó cinco años en obtener los derechos para hacer la película. Los consiguió después de enviar a Konami un vídeo de una entrevista en la que describía lo mucho que le gustaba el juego. Junto con la entrevista, envió escenas que filmó con su propio dinero mezcladas con música del juego.
Protagonizada por Radha Mitchell, Sean Bean y Laurie Holden, la cinta nos sumerge en un mundo de pesadilla donde una madre busca desesperadamente a su hija desaparecida.
Lo mejor: el aspecto visual y el homenaje al juego
La película logra recrear fielmente el ambiente opresivo y terrorífico de los juegos, con una estética oscura y sucia que nos hace sentir como si estuviéramos dentro de una pesadilla.
La niebla, la ceniza, la oscuridad, los escenarios decadentes y los monstruos grotescos son un deleite para los fans del juego, que reconocerán muchos elementos y referencias a la saga.
La banda sonora, compuesta por el mismo autor del juego, Akira Yamaoka, también contribuye a crear una atmósfera inquietante y envolvente.
Los efectos especiales son otro de los puntos fuertes de la película, ya que nos muestran criaturas grotescas y perturbadoras que salen de la imaginación del creador de los juegos, Keiichiro Toyama.
Algunas de las escenas más impactantes son las que se producen cuando suena la sirena y el mundo se transforma en un infierno de fuego y metal, donde los monstruos acechan a los protagonistas.
Lo peor: el guion y las actuaciones
Por desgracia, la película falla estrepitosamente en lo más importante: el guion y las actuaciones.
La historia es confusa, llena de agujeros, inconsistencias y escenas innecesarias y no consigue explicar bien la historia ni el origen de Silent Hill.
El ritmo es lento y aburrido, y la duración excesiva (casi dos horas).
Los diálogos son pobres, clichés y ridículos y no ayudan a empatizar con los personajes. Las actuaciones son lamentables, especialmente la de Sean Bean, que parece estar en otra película (y de hecho lo está, ya que su personaje fue añadido a última hora para contentar al público masculino).
La película también peca de ser demasiado fiel al juego, sin aportar nada nuevo ni original.
Algunas escenas son copias exactas del juego, lo que puede gustar a los fans, pero también puede aburrir o confundir a los que no lo conocen. La película se queda en un intento fallido de adaptar un videojuego al cine, sin lograr crear una obra propia y con personalidad.
Conclusión: una película solo para fans
La película recibió críticas muy negativas por parte de la crítica especializada, aunque algunas retrospectivas han sido más favorables. En su momento la diana se puso en el guión y las actuaciones aunque siempre se elogiaron los efectos visuales y el diseño de los escenarios.
Silent Hill es una película que solo disfrutarán los fans del videojuego, que podrán reconocer los escenarios, los personajes y las referencias a la saga además de apreciar su aspecto visual.
Los que busquen una película de terror original y con sentido se sentirán decepcionados por una trama confusa y unas actuaciones lamentables.
Silent Hill es un viaje al infierno de los videojuegos, pero no al del cine.
- Título original: Silent Hill
- Director: Christophe Gans
- Guion: Roger Avary
- Reparto: Radha Mitchell, Laurie Holden, Sean Bean, Deborah Kara Unger, Alice Krige, Jodelle Ferland, Tanya Allen, Kim Coates y Craig Conway
- País: Canadá y Francia
- Año: 2006
- Duración: 125 minutos (versión estadounidense) o 132 minutos (versión canadiense)