VelociPastor (2018)

«The VelociPastor», podría considerarse una rareza digna del universo Troma sin terminar de ser una joya de culto capaz de atraer a una legión de seguidores ni una mezcla de sinsentidos  ya que tiene como resultado un sinsentido mayor lleno de armonía. Su director, Brendan Steere, lleva las cosas a un nivel completamente nuevo. La historia sigue al reverendo Jones, quien, después de perder a sus padres en un explosivo accidente automovilístico, decide emprender un viaje por el mundo. En China, se cruza con una mujer moribunda que le entrega un objeto sagrado: ¡un hueso de velociraptor! A partir de ese momento, la vida del buen reverendo cambia para siempre debido a una maldición de velociraptor y a unos ninjas que tienen muy mala intención.

Pero ojo, antes de ponerte cómodo para ver «The VelociPastor», hay una regla no escrita: ¡nunca lo hagas solo! Las locuras que Brendan Steere, quien además de director es el guionista, desata minuto a minuto son dignas de toda una fiesta de risas y comentarios. Verla a solas no tendrá la misma gracia. «The VelociPastor» es para disfrutarla en buena compañía, con un buen montón de palomitas y una selección variada de bebidas, mientras te dejas llevar por todo el sinsentido que combina ninjas, tipos duros, chicas de vida alegre, guiños a películas de serie B de los años 50, superhéroes, sustancias ilícitas, curas, adoradores del diablo y hasta la guerra de Vietnam. ¡Una verdadera locura!

La película de Steere es una mezcla desquiciada de influencias de todos los lados posibles. A veces parece una película clase Z, en otras escenas adquiere el sabor de la blaxploitation o del cine grindhouse. Todo esto se mezcla en pantalla para dar lugar a una película que es prácticamente imposible de categorizar. Y eso nos lleva a la gran pregunta: ¿»The VelociPastor» nació con la intención de ser una película de culto o intentó serlo pero se quedó a medio camino?

El descaro, en el buen sentido de la palabra, se encuentra en cada rincón de «The VelociPastor». Ni siquiera los actores se salvan de esta peculiaridad. Greg Cohan interpreta con entusiasmo al atribulado Pastor Doug Jones, y su compañera en pantalla, la encantadora Alyssa Kempinsky, también aporta su toque. Sin embargo, son los actores secundarios quienes realmente brillan en esta película. Hay que destacar a Daniel Steere, quien seguramente tiene algún parentesco cercano con Brendan, y cuyo flashback sobre la guerra es uno de los momentos más divertidos de la cinta. También merecen una mención especial los exagerados Fernando Pacheco de Castro y el artísticamente nombrado Aurelio Voltaire. Interpretan a Frankie Mermaid, el pérfido criminal, y Altair, el satanista. Estos personajes realmente deberían tener más tiempo en pantalla.

¿»The VelociPastor» es una película buena? Pues sinceramente, no lo es. Sin embargo, tengo la sospecha de que nunca fue la intención de Brendan Steere hacer una película de calidad sobresaliente. Pero aquí está el truco: si tienes amigos con quienes disfrutar de todos los desatinos (sí, esos desatinos totalmente planeados) que ocurren en pantalla, te lo pasarás en grande. La película está hecha para disfrutarla rodeado de gente, y con la actitud adecuada. ¡Diversión garantizada!